Siempre me pareció acertado que una caja andaluza se llamara Caja-sol, pero las últimas fusiones hicieron cambiar su nombre a un sospechoso Banca Cívica. Los recientes acontecimientos en los que se ha visto involucrado Cajasol Banca Cívica, han provocado que nos preguntemos si el apellido «Cívica» es merecido o no en una banca que nada tiene ya que ver con aquel CajaHuelva que muchos todavía recordarán:
¿Puede ser cívica una banca que pretende cerrar 156 oficinas y despedir a 1480 trabajadores?
¿Es cívico un banco que abandona a Pymes y autónomos no concediendo créditos que les permitan seguir con la actividad empresarial?
¿Puede ser cívico un banco que de la noche a la mañana decide cobrar 50 céntimos a sus PROPIOS clientes por sacar efectivo de sus cajeros desplazados?
¿Es cívica una banca cuyas sucursales son auténticos caos con avalanchas de clientes que no pueden ser atendidos por tan pocos empleados, lo que hace perder una mañana entera a un cliente que vaya a hacer una gestión y a su vez impide descansar a los cajeros?
¿Puede ser cívico un banco que te hace esperar esas larguísimas colas para sólo actualizar una libreta porque SIEMPRE están averiados los actualizadores de libretas?
¿Puede ser cívica una banca cuyos cajeros automáticos están averiados tantas veces, sobre todo en caso de pueblos en los que ante la avería es imposible disponer de efectivo?
Y sobre todo, ¿es cívica una banca responsable de un corralito español con las participaciones preferentes?
Todo eso es incívico y probablemente los comentaristas tengan razones para aumentar la «lista», pero esto último de las participaciones preferentes clama al cielo. Para los que desconozcan lo sucedido explicarles que Cajasol Banca «Cívica» ofreció a sus confiados clientes un nuevo producto que supuestamente les iba a reportar un gran interés, las Participaciones Preferentes. Muchos clientes cayeron engatusados por un producto de gran beneficio, sobre todo porque eran ofrecidos por cajeros y directores de confianza, que sin embargo, no contaban su letra pequeña. Se trata de una inversión de carácter perpetuo (como dicen las propias bases), con una alta exposición al riesgo que puede hacer perder valor al nominal invertido, y para más inri, no se incluye entre las garantías del Fondo de Garantía de Depósitos.
No sólo ha hecho esto Banca Cívica, también lo hicieron La Caixa, Bankia, BBVA, etc, llegando a afectar a más de 65.000 andaluces, de los que la inmensa mayoría se sienten engañados porque creían que contrataban un producto sin riesgo, un simple plazo fijo, y ahora se ven que no pueden recuperar su dinero y las distintas entidades involucradas se niegan a tramitar órdenes de venta de dichas participaciones.
Dos de los afectados. Imagen: www.vivahuelva.es
La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorro y Seguros (Adicae), alerta del engaño sufrido por los clientes con un producto «vendido irregularmente sin atender a lo que los consumidores querían o les convenía y sin suministrar la información previa imprescindible, ni la documentación necesaria» como el caso de Cajasol, donde los afectados no tienen ningún tipo de documentación del producto contratado.
Por todo eso los directivos deberían de replantearse la denominación del banco, quizás su nombre más oportuno podría ser Banca Usurera, Banca Mentirosa, o como poco, Banca Incívica.
Si eres uno de los afectados por las participaciones preferentes te recomendamos que te pongas en contacto con Adicae a través de este enlace: http://colectivos.adicae.net/plantilla.php?id=54
Fuentes: www.finanzas.com, www.vivahuelva.es, www.abc.es, www.elperiodicodehuelva.es