En el siglo XVII gran parte de la provincia de Huelva era una zona peligrosa de frontera. A la frontera marítima atacada continuamente por corsarios berberiscos hubo que añadir la frontera portuguesa una vez que el vecino país comenzó su guerra de la independencia.
Igual que ocurre en la actualidad, las tierras onubenses tenían una falta total de infraestructuras. Las defensas eran bastante pobres y se basaban en viejos castillos medievales y algunos baluartes que, con suerte, habían sido construidos en el siglo anterior. Los ataques portugueses consiguieron asolar numerosas poblaciones del andévalo y de la zona oeste de la costa. Tras un ataque a Cartaya, el duque de Medinaceli encargó al ingeniero Luis de Coen diferentes informes sobre el estado de las fortificaciones y qué actuaciones habían de llevarse a cabo para mejorar la defensa de la zona. Los informes y los ingenieros militares fueron sucediéndose a lo largo de todo el siglo y sobre todo en el siglo XVIII, sin embargo, casi ninguno de los proyectos fue llevado a cabo. Entre estos proyectos se encuentran algunos tan espectaculares como la conversión de Gibraleón y de La Puebla de Guzman en gigantescas ciudades amuralladas con enormes ciudadelas militares.
Como siempre, el dinero fue el principal problema. Los proyectos no se llevaron a cabo y la guerra causó la despoblación de muchas zonas.
Uno de los proyectos más interesantes fue el del ingeniero Jerónimo Amici. Este ingeniero elaboró complejos proyectos de defensa para Ayamonte, Gibraleón y Cortegana (con demolición del castillo incluida). Estos proyectos eran muy costosos y no se llevaron a cabo, sin embargo propuso un sistema de defensa que a priori era más barato e incluso puede que más efectivo: la construcción de cuarteles de caballería.
La mayoría de los ataques portugueses consistían en rápidos actos de pillaje. Frente a este tipo de guerra, una gran fortaleza no tenía sentido puesto que el enemigo no tenía interés en atacarla. Sin embargo, con tropas de caballería se podía acudir con velocidad a la zona atacada y repeler a los intrusos. El proyecto de Amici de 1740 proponía la construcción de 19 cuarteles en la provincia de Huelva, algunos tan interesantes como el de Cartaya, para el que proponía la reutilización del viejo castillo y su conversión para instalar un cuartel con capacidad para 15 caballos.
Huelva también contó con su proyecto, que consistía en la rehabilitación de varias casas para convertirlas en un cuartel de caballería. Este cuartel tendría unas caballerizas con capacidad para 50 caballos. El proyecto de reforma no se llevó nunca a cabo y los edificios no sabemos si se derrumbaro con el terremoto o llegaron a nuestros días en pie, ya que Huelva ha sido destruida sin piedad en los últimos 60 años y ni siquiera es posible reconocer la huella de su planta en el callejero actual. Sin embargo es un documento interesante.
Origen del archivo: http://www.mcu.es/ccbae/es/inicio/inicio.cmd