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Apocalipsis en el Calendario Azteca de La Rábida

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en miércoles, 6 abril 2011

Según las antiguas profecías mayas basadas en meticulosas observaciones astronómicas, el 21 de diciembre del 2012 finaliza la era del quinto sol, la actual, que comenzó el 11 de agosto del 3.113 a.C. Anteriormente la era del agua habría acabado con un diluvio, la posterior a ésta con un diluvio de fuego (¿asteroide que acabó con los dinosaurios?), y la nuestra, llamada «del Movimiento», finalizaría con violentos terremotos, erupciones volcánicas y huracanes devastadores.

Y el caso es que si nos ponemos a pensar, entre el terremoto de Japón, el tsunami del 2004, el imparable cambio climático y sus desastres naturales, las revueltas sociales en los países árabes, la crisis económica mundial, Gran Hermano y los políticos españoles… ¿Serán ciertas las profecías mayas? Indicios hay.

Los científicos avisan de que en la última década el comportamiento del Sol está cambiando y que está alcanzando niveles record de actividad desde la última glaciación. Curiosamente, los físicos solares también creen que el pico de la máxima actividad llegará en el 2012.

Los Mayas eran los “Griegos” de las culturas precolombinas. Fueron grandes matemáticos y astrónomos observadores del Sol en especial. Podían predecir acontecimientos astronómicos con miles de años de antelación sin errores, y fruto de esa ciencia también crearon un calendario perfecto.

Antes de su misteriosa desaparición, los Mayas legaron este calendario a los Aztecas, que lo adoptaron sin apenas cambios poco antes de la llegada de los españoles.

En la Rábida, tenemos una reproducción de vivos colores del calendario azteca donada por el Instituto de Cooperación Iberoamericana. El calendario original se encuentra en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México.

Y aunque comúnmente es llamado calendario azteca, en realidad se trata de la piedra del Sol. Un disco monolítico de basalto con inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y los cultos solares.

Piedra del Sol

Piedra del Sol (Fuente: Wikipedia)

Este enorme monumento pudo haber funcionado como base de los sistemas calendáricos solar y ritual, y como punto de partida de complicadas observaciones astronómicas.

No se ha determinado la ubicación original exacta de este monumento, pero se sabe que se encontraba en algún sitio de la plaza principal de Tenochtitlan, donde se encontraban el Templo Mayor y los principales edificios de culto y poder político.

La Piedra del Sol fue descubierta el 17 de diciembre de 1790 en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México.

Tras el análisis de muestras microscópicas de rastros de pintura de Piedra del Sol, se sabe que este monolito estuvo cubierto por los colores rojo y ocre, tonalidades que concuerdan con su simbolismo.

El diseño de esta enorme escultura se compone de una imagen central rodeada de cinco círculos concéntricos. En cada una de estas bandas circulares aparecen elementos que conforman el sentido simbólico de connotación calendárica de este relieve.

La imagen central

Imagen central

Imagen central

La deidad que se encuentra al centro de su diseño ha provocado muchas polémicas: hay quienes dicen que se trata del dios Tonatiuh, el dios del Sol, Xiuhtecuhtli, la deidad del centro del Universo, e incluso Huitzilopochtli. Hace unos años, se planteó que esta imagen tiene que ver con el inframundo, con la Tierra, o que es el Sol nocturno. Recientemente, se dijo que representa una versión peculiar de Tonatihu.

Primer círculo

Primer Círculo

Primer Círculo

Alrededor de la imagen central de la Piedra del Sol, en el primer círculo, aparecen la representación de los cinco soles generadores del mundo: 4 jaguar (nahui océlotl), el primer Sol; 4 viento (nahui ehécatl), el segundo Sol; 4 lluvia de fuego (nahui quiáhuitl) el tercer Sol; 4 agua (nahui atl), el cuarto Sol.

Segundo Círculo

Segundo Círculo

Segundo Círculo

A continuación de los soles cosmogónicos, en la siguiente banda circular, aparecen los 20 signos del calendario indígena: lagarto (cipactli), viento (ehécatl), casa (calli), lagartija (cuetzpalin), serpiente (cóatl), muerte (miquiztli), venado (mázatl), conejo (tochtli), agua (atl), perro (itzcuintli), mono (ozomatli), hierba divina (malinalli), caña (ácatl), jaguar (océlotl), águila (cuauhtli), buitre o zopilote (cozacacuacuhtli), movimiento (ollin), cuchillo de pedernal (técpatl), lluvia (quiáhuitl) y flor (xóchitl). En conjunto, estos elementos vinculan el movimiento del Sol con la conformación del ciclo calendárico.

Tercer y cuarto círculos

Tercer y cuarto círculos

Tercer y cuarto círculos

Sobre el círculo de los glifos calendáricos, se apoyan cuatro rayos solares en forma de ángulo y conforman otra banda circular, que incluye elementos que simbolizan el universo y el calor del Sol que se extiende por todos los rumbos. En la siguiente banda circular se aprecian las puntas de cuatro púas sagradas en medio de sus ocho remates, con un quincunce, tres plumas y un jade cada uno. Complementan el diseño circular hileras de plumas cortas de águila, corrientes de sangre, bandas de chalchíhuitl y remates que simbolizan la sangre.

Quinto Círculo

Quinto Círculo

Quinto Círculo

El disco solar está limitado por dos serpientes de fuego o xiuhcóatl que abren sus fauces, de las cuales emergen los perfiles de dos deidades contrapuestas, que se ha propuesto que serían Tonatiuh, el dios solar, y Xiuhtecuhtli, el dios del fuego, que aquí simbolizarían el cielo nocturno estrellado y el lugar de la tierra-noche, donde se hunde el Sol al ponerse.

Los cuerpos de las serpientes mitológicas se conforman por una secuencia de elementos flamígeros encerrados en cuadros (versión estilizada de las mariposas). En medio del remate de las colas de las serpientes, se encuentra una fecha calendárica: 13 caña, que de acuerdo con los principales cronistas fue el año en que nació el quinto Sol, Ollin Tonatiuh.

Pues bien, me dirigí a la Rábida para estudiar con mis propios ojos el calendario azteca e intentar averiguar si el fin del mundo estaba cerca cuando al llegar al paseo los astros se alinearon y pude observar que los antiguos estaban en lo cierto.

Me di cuenta de que en Huelva el Apocalipsis azteca había llegado antes y que ya había comenzado a actuar en el mismísimo calendario. Estaba destruyéndose y sus azulejos se estaban desintegrando por sí solos:

 

Calendario Azteca de La Rábida

¿Sabían ya los Mayas que a nuestros políticos les iba a importar bien poco la conservación de uno de los principales atractivos turísticos de lo que debería ser patrimonio de la humanidad?

Seguramente los Aztecas ya habían previsto que el lugar de donde partieron los descubridores estaba maldito, con una plaga de dejadez, incultura y pasotismo en cantidades astronómicas.

La situación de los lugares colombinos ya se denuncio anteriormente en este blog.

https://lahuelvacateta.wordpress.com/2009/03/10/dejadez-en-la-rabida/

Y se puede ver que todo sigue casi igual, pese al intento de restauración de la columna conmemorativa del IV centenario. Así es como está el calendario azteca y los lugares colombinos, así es como nuestros políticos y nosotros mismos cuidamos de nuestra provincia y nuestra «memoria histórica».

 

Calendario Azteca de La Rábida

¿Sabían ya los Mayas o los Aztecas que el fin de esta era iba a estar marcado por los maravillosos políticos onubenses-andaluces-españoles-europeos-occidentales?

Álvaro Sánchez.

Bibliografía:

www.elalmanaque.com

http://es.wikipedia.org

http://redescolar.ilce.edu.mx

Felipe Solís, «La Piedra del Sol» en Arqueología Mexicana, Vol. VII, Núm. 41, enero-febrero 2000.

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