Este naranjo que aparece en la fotografía tiene una historia repetida una y mil veces en la ciudad de Huelva y en miles de aspectos.
El naranjo estaba tan tranquilamente situado en su arriate cuando llegaron los amigos de la Caixa a instalar su exposición sobre las drogas en la plaza del antiguo estadio Colombino. Como semejante mamotreto no cabía en la plaza decidieron quitar el arbolito que estorbaba. Alguien con criterio pensó que se podía transplantar, y el arbolito fue transplantarlo en pleno mes de Mayo a la zona arenosa que iba a convertirse en un hotel y en un parque y que lleva años y años siendo un solar.
El transplante se llevó a cabo con su poda correspondiente y el resultado es el que podemos ver en las fotografías. El naranjo no presenta un aspecto muy saludable que digamos, aunque no soy experto en jardinería.
La fotografía tiene ya varios días y parece que el invento no ha hecho mucho efecto. Me recuerda un poco a otros ejemplos choqueros como el mantenimiento de fachadas históricas que acaban cayendo por efecto de algún misterio misterioso.
Un resumen y un ejemplo de cómo salen por aquí las cosas incluso cuando la idea en el fondo es buena.