Desde hace unos meses vengo notando en la estación de autobuses de Huelva un hecho que he considerado oportuno divulgar, a ver si se consigue hacer algo al respecto.
Hace un tiempo instalaron unas máquinas expendedoras de tickets, hasta ahí todo normal, es perfecto, se ofrece al usuario una opción más y se pueden relajar las colas para adquirir billetes. Un punto de modernidad a la altura del año en que vivimos.
Pero no es oro todo lo que reluce, al igual que muchos estudiantes hago uso regularmente del servicio Huelva – Sevilla, y ya he comprobado dos veces cómo la máquina se tragaba billetes de 20 euros de personas mayores que se quedaban totalmente sin saber cómo responder. En lo que a mí respecta, dos veces no me ha devuelto el cambio, y en estos casos la máquina te da un papel que dice que te pases por taquilla a que te den el cambio, con lo que el tiempo que adelantabas sacando el billete en la máquina se vuelve en tu contra porque has de hacer la cola de la máquina y luego la cola de la taquilla normal para que te den el cambio… ¿Qué has ganado? Nada, perder tiempo y hacer dos colas en vez de agilizar el trámite. Otra variante es que la máquina diga que te ha dado el cambio bien y te lo haya dado mal, que también me ha pasado, y ahora demuestra tú que no estás usando la picaresca para estafar a la taquillera y que te de más dinero.
Y muchos pensaréis…bueno, pues olvídate de la máquina y dirígete directamente a la cola de la taquilla normal. Pero es que ahora viene otro punto interesante de la crítica.
Las taquillas permanecen cerradas en el período de tiempo del mediodía y primera hora de la tarde, y no en todos los servicios te dejan sacar el billete en el propio bus (explicando claramente un cartel que el servicio a Sevilla no admite compra de billetes en el autobús). Generalmente los conductores se saltan eso y sí que venden el billete, pero no todos de buena gana, y no tienen cambio como para admitir todo tipo de billetes y monedas (el bus a Sevilla, por seguir con ese ejemplo, suele estar lleno de gente, si todos van con billetes grandes es un lío), aparte de ralentizar el proceso de arrancar y provocar que se llegue tarde al destino. Otro lío más.
En estos casos se genera un orden de subida al autobús de manera que los que tienen el billete comprado suben antes y los que han optado por jugársela y ver si el chófer les vende billetes han de esperar al final.
¿Qué he notado de todo esto? Al estar cerrada la taquilla, si no quieres jugártela a que no te vendan billete en el bus no te queda otra que pelearte con la máquina y esperar que no haga nada raro. Muy bien, yo más o menos tengo respuesta, pero os aseguro que un cierto porcentaje de usuarios son personas mayores o de algún colectivo social que por lo que sea no saben usar la máquina, por lo que se quedan algo desamparados y sin saber a quién preguntar. En varias ocasiones me he quedado al lado de la máquina para ayudar a varias personas mayores a sacar sus billetes. Otros se encajan en la puerta del autobús, pero como he mencionado antes primero pasan los que lo han comprado ya por la máquina así que estas personas, generalmente mayores, que solo saben comprarlo en persona, tienen que entrar los últimos, teniendo que ocupar generalmente los asientos más del fondo o de peor calidad, algo que no es de recibo.
Este es el plan que me encuentro sin excepción cada vez que voy a comprar mi billete de bus Huelva- Sevilla. Ruego a quien corresponda que se lo haga mirar porque es una incomodidad saber que cada vez que vas a coger el autobús es la misma historia,cansa un poco.