Señor Director:
La tremenda y contaminante balsa de fosfoyesos, ubicada en las marismas de HUELVA, es para mí sin duda, el atentado ecológico más grave e importante ocurrido en nuestro país, junto con el fatídico polo químico de la ría.
Eso es, en lo que respecta a Huelva y su entorno, porque como segundo atentado ecológico de proporciones también gravísimas, son las petroquímicas e industrias peligrosas instaladas en el entorno de La Rábida, y muy cerca de Palos, Huelva y Punta Umbría.
Estas últimas industrias químicas y contaminantes, que abarca varios kilómetros, fueron instaladas en Paraje Natural, que debería haber sido protegido por su valor ecológico y medioambiental, como pueden ser como ejemplos, Marismas del Odiel, Paraje Natural de Doñana,, etcétera, y que por lo visto, no se tuvo nada en cuenta en su día, destrozando y condenando a una zona privilegiada y maravillosa de pinos y playas, a una contaminación peligrosa, pestilente y sin remedio, a corto, medio y larguísimo plazo.
Solo desaparecerán, a mi entender, cuando no exista el petróleo, y lo más probable, que solo lo conozcan, nuestros nietos, o biznietos.
Este es uno de los ejemplos, claros y contundentes, del falso progreso, y de que el dinero puede con casi todo, comprando voluntades, dignidad, agentes sociales, y corrompiendo al político y sistema democrático, donde en los tiempos que vivimos se están dando múltiples ejemplos, en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Otro ejemplo de lo que denuncio, es que dirigentes del Partido Popular, pretenden convertir Parques Nacionales, como el de Cabañeros, en cotos de caza, intentando eliminar la figura jurídica de Parque Nacional, y poder utilizarlos como cotos para los de siempre, al servicio de intereses privados y particulares, sin importarles los intereses generales de la ciudadanía. Siguen sirviendo al dinero y a los poderosos. De pena.
Es absurdo, e indignante a la vez, que estos responsables del daño causado al medio ambiente, en cualquier parte de nuestro Planeta, ( nuestra única y maltratada casa ), no piensen en el futuro medioambiental que les vamos a dejar a nuestros nietos y descendientes, y a los de ellos, claro está.
Estos falsos gurús, mandatarios, ideólogos de tres al cuarto, Jefes de Estado, oligarcas, caciques y dictadores, creen y piensan solo en el dinero, y hacerse cada día más ricos, creyendo que no van a morirse nunca, y que son eternos, demostrando una prepotencia total hacia todo, desprecio a personas, naturaleza, principios morales, leyes, justicia, etc., etc. sin importarles lo mas mínimo el daño que causan a la naturaleza y a las personas.
Son gentuzas sin corazón ni conciencia, PERO DIRIGEN EL MUNDO.
Un cordial saludo y le doy las gracias de antemano por la publicación de mi carta.
Francisco Jiménez Urreta.