Desde Noviembre de 2014 Huelva capital ha sido incluida en una ruta turística patrimonial de ámbito autonómico e incluso internacional, concretamente la ruta al-Mutamid que forma parte del legado andalusí. Muchos habréis visto esos carteles rojos por el centro y os habréis preguntado de qué se trata, puesto que no creo que mucha gente se haya acercado a la oficina de Turismo a preguntar…
La Ruta de al-Mutamid se extiende de Lisboa a Sevilla, pasando por Huelva y tiene dos ramales. El ramal «norte» entra en nuestra provincia por la sierra y recorre Aroche, Cortegana, Almonaster la Real y Aracena. El ramal «sur» recorre la costa y pasa por Ayamonte, Lepe, Huelva, La Rábida, Palos de la Frontera, Moguer, Niebla y La Palma del Condado.
Al-Mutamid fue rey de la Taifa de Sevilla. Su padre había conquistado la mayoría de las Taifas vecinas, incluyendo el reino de Huelva y Saltés. Al-Mutamid nació en Beja y con 12 años fue enviado a Silves donde sería educado y ejerció como gobernador.
Las rutas del legado Andalusí son una serie de itinerarios culturales que pretenden servir para difundir y poner en valor la herencia musulmana en la península Ibérica. Sus rutas están relacionadas normalmente con personajes o hechos históricos y siempre teniendo como base principal la difusión del patrimonio islámico.
La ruta dentro de la ciudad de Huelva no tiene nada que ofrecer, puesto que nada queda de aquella época. Un turista que realice la ruta del legado andalusí estará especialmente interesado en el tipo de arquitectura y de restos islámicos que pueden contemplar en Niebla, Almonaster, Aroche… La inclusión de algunas localidades en la ruta es cuanto menos curiosa, puesto que la mayor parte del patrimonio islámico en la costa de Huelva simplemente no existe, y de algunos de los municipios ni siquiera tenemos referencias de su existencia en aquella época. ¿Qué le vamos a ofrecer a un turista especializado? Ya Amador de los Ríos a finales del siglo XIX se desesperó cuando llegó a Huelva buscando restos de la época musulmana y no encontró apenas nada. Hoy día con las sistemáticas campañas de destrucción llevadas a cabo por los sucesivos ayuntamientos en el siglo XX no nos permiten siquiera imaginarnos el aspecto de la Awnaba musulmana. Eso si, al turista podemos darle un bonito paseo por el Conquero o llevarlo a comprar al Holea. O quizás no…
Y digo no, porque a poca distancia de Huelva tenemos (por suerte todavía) la isla de Saltés, la Salthish árabe, la ciudad que los Bekríes entregaron a Al-Mutadid, padre de Al-Mutamid y que sirvió para aumentar el poder de su reinado y abrirle la puerta del Algarve. Una ciudad completa que está a la espera de ser excavada y estudiada en profundidad. La posibilidad de un parque arqueológico en una de las pocas medinas islámicas que no fueron transformadas totalmente en época cristiana que se conservan en España. Eso es lo que espera realmente el turista especializado, y no cartelones explicativos en edificios de hormigón que la mitad de las veces sólo sirven para hacerse la foto o para que algún cafre lo use como lienzo.
Si queremos hacer las cosas hay que hacerlas bien, si no, la mitad de las veces hacemos el ridículo. Si de verdad quieren darle el bombo y la publicidad que esta ruta necesita, es el momento de que las autoridades se pongan de acuerdo y lleven a cabo una actuación digna en Saltés. Si no, es mejor ahorrarnos los cartelitos.