No hace mucho tiempo que se han instalado por toda la ciudad una serie de pivotes azulados que separan los carriles en algunas de nuestras avenidas, así como delimitan zonas que los vehículos no pueden cruzar. No voy a entrar en la utilidad o no de estos elementos en toda la ciudad, pero sí me gustaría comentar mi opinión sobre su instalación en la avenida Alcalde Federico Molina y contar algunas anécdotas.

En la avenida Federico Molina han instalado estos pivotes delimitando el carril bus desde la intersección con Pío XII hasta aproximadamente la iglesia del Rocío. Esta avenida es una de las que tienen más tráfico de la ciudad y no es precisamente la más ancha. La utilidad de un carril bus de unos 500 metros de distancia en una avenida con sólo 2 carriles para cada sentido es merecedora de un artículo por sí sola, pero no voy a entrar de momento en este tema, aunque mi opinión quedará bastante clara a lo largo de la presente entrada.
La misión de los pivotes consiste en evitar que los conductores utilicen los dos carriles dedicados a bus-taxi como si fuese un carril ordinario. En una vía tan importante de la capital es frecuente ver coches en doble fila, sobre todo por la nula existencia de aparcamiento no ya sólo en la avenida, sino en toda la Isla Chica. Ni que decir tiene, que los pivotes no sólo no cumplen su función, sino que entorpecen aún más el tráfico de la zona. Los coches continúan aparcando en doble fila en el carril bus y sobre todo, sigue siendo utilizado para paradas de vehículos o para las labores de carga/descarga de transportistas, así como del autocar que recoge a los trabajadores del polo. Esto produce que en muchas ocasiones el autobús que circula por su carril se vea en la necesidad de desviarse y utilizar el carril central de tráfico normal. Esta situación era normal en el pasado y en muchas ocasiones el autobús ocupaba sólo la parte estrictamente necesaria del carril ordinario para adelantar a los vehículos mal estacionados, pero con la colocación de los pivotes el autobús no puede cruzar al carril central porque muchas veces no cabe entre los pivotes, con lo que el atasco aumenta.

La instalación de los pivotes también ha ocasionado problemas a la hora de despejar el paso ante ambulancias y bomberos. Los coches que circulan por el carril central no pueden desviarse hacia el carril bus en caso de emergencia, y lo mismo le ocurrió a un camión de bomberos que hace unas semanas intentaba utilizar el carril destinado a autobuses y taxis para evitar el tráfico del carril central y atender a la emergencia a la cuál se dirigía. Por último, mencionar las típicas anécdotas de pivotes arrancados tanto por vehículos privados como por autobuses al no estar acostumbrados a su presencia.
Estos pivotes ya han causado más problemas que soluciones en el mes escaso que llevan colocados en Federico Molina, una de las principales avenidas de la ciudad, con todo el tráfico (incluido el transporte público) concentrado en un único carril para cada sentido mientras se desperdician otros dos que podían utilizarse como aparcamiento o como carriles de tráfico normal en lugar de en un estúpido carril bus de 500 metros que no consigue en ningún momento mejorar el horario de los autobuses de EMTUSA.
Eso sí, el proveedor de pivotes habrá hecho un buen negocio estas navidades.
Northman.
Fotos: AMS