En los últimos días y haciendo uso de la hemeroteca del periódico ABC, he encontrado un artículo del año 1965, en el que el autor escribe acerca de la «Fallecida» Casa Palacio de los Garrocho, previo al derribo que inminentemente acaeció sobre dicho inmueble años más tarde.
El autor no es otro que el prestigioso historiador onubense Diego Diáz Hierro, y en dicho artículo hace un intento fallido por evitar la desaparición del edificio, apelando a la arquitectura e historia que lo rodeaban:
La denomino palacio, más por lo que significa y representa la dicha mansión, que por su atuendo arquitectónico, aun que no puede desestimarse su peculiar estilo, grato y digno, muy de la baja Andalucía y de la Huelva antigua, que hemos de acariciar, no sólo con ojos amorosos, sino con reparaciones conquistadoras de su forma original. En particular al enteramos que sobre tan preciada reliquia está dictado un holocausto en favor de la circulación rodada de la ciudad. Sacrificio que debíamos evitar a toda costa, dado el que estas construcciones de tiempos que pudiéramos llamar patriarcales, de indudable mérito histórico, no se prodigan, por desgracia, en Huelva.
Pero ineludiblemente ocurrió lo que todos bien sabemos, con todo aquello que en nuestra ciudad, tiene un valor mas allá de lo tangible o de lo meramente espiritual para todos aquellos que intentamos salvaguardar la esencia de lo nuestro, de lo que fuimos y de lo que somos, pese a lo somero de nuestra existencia individual.
Se incluye un grabado del S. XIX, en el que podemos apreciar las escaramuzas del Almirante Garrocho frente a corsarios berberiscos, un mosaico de San Antonio de Padua de cerámica onubense, una foto desde otra perspectiva de la casa y por último el escudo nobiliario de la familia Garrocho.
Al final del artículo, Díaz Hierro hace un alegato por la defensa del tristemente desaparecido edificio, aportando el texto para una posible placa que hubiera podido ir en su fachada de haberse conservado la mansión:
«Esta es la casa Palacio de los Garrocho, excelsos marinos de Huelva de los siglos XVI y XVII que supieron defender sus costas y el honor de España con denuedo de héroes. Aquí nació el 3 de Septiembre de 1715 uno de los más ilustres descendientes de tan distinguida familia, don Juan A. de Mora Negro y Garrocho, virtuoso canónigo benefactor eminente de su tierra natal y sabio autor de la obra histórica HUELVA ILUSTRADA, 1762. Falleció en Sevilla, donde la escribió henchido de nostalgias onubenses, el 5 de noviembre de 1786».
De nada sirvió. Cuarenta y seis años después nada ha cambiado en cuanto al espíritu destructor del patrimonio onubense. La Casa de la Chanca, es la siguiente candidata si no hacemos nada por evitarlo.
Por último quería lanzar a los lectores una pregunta acerca del escudo nobiliario que aparece en la foto de la casa y de el azulejo de San Antonio de Padua, con respecto a su ubicación actual, ya que no he encontrado nada sobre los mismos lo cual me hace pensar, en el mejor de los casos, que se encuentren en el Museo Arqueológico Provincial y no en manos de particulares.
Manolo Maro.
Fuente: http://hemeroteca.abcdesevilla.es/
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