De un tiempo a esta parte, los especuladores, estafadores y picaros de siempre, no contentos con las múltiples estafas, engaños, corruptelas, y dramas económicos que vive nuestra sociedad, y despreciando la indignación de todos, se les ha ocurrido otro nuevo engaño, y estafa descarada a la ciudadanía: “ la moda de la llamada al dichoso (y costoso ), 901 ó 902″.
Ya no vale llamar a un número provincial cualquiera, como puede ser 959…954…957, o cualquier otro. Y en muy pocos casos del gratuito 900. No, ahora los números provinciales han desaparecido para las empresas, organismos oficiales, y por supuesto cualquier llamada a la televisión o radio, ya sea concurso o cualquier tema de cualquier programa. Todo 901, o 902, un negocio redondo a costa del sufrido ciudadano.
Esto me huele a mí a engaño y estafa al ciudadano, ese ciudadano que traga con todo, que no se plantea una queja, denuncia o critica y paga religiosamente todo lo que le piden. De esta manera, al ciudadano se le hace pagar un dinero, de manera absurda, cuando las llamadas nacionales, se benefician de tarifas planas, no siendo así a los caros y fatídicos –repito- 901 o 902.
El caso más cercano lo tenemos en los teléfonos de dos servicios primordiales que todos tenemos: luz y agua. Si te ves obligado a dar un aviso de avería a Sevillana Endesa, te ves obligado a pasar por la caja del 902, a pesar de que el servicio de Atención al cliente es un número gratuito, pero si les dices que hagan el favor de pasarte la llamada a Averías, te dicen que no pueden, que tienes que llamar tú y gastarte los jurdeles. Lo mismo pasa con Giahsa, que tiene un 901 de pago que se encarga de filtrar todas las llamadas.
Digamos BASTA a esta abusiva práctica, y hagamos reclamaciones por este hecho. Si nos vemos obligados a llamar a averías es tan simple como decir «quiero poner una reclamación». Y mientras tanto os sugiero visitar esta página que quizás os ayude a ahorrar en las llamadas a los 902:
Francisco Jiménez Urreta. Lee el resto de esta entrada »