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¿Existió Tartessos?

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en lunes, 14 noviembre 2011

A una ciudad pequeña (y provinciana) como Huelva, corresponde un museo pequeñito, con un pequeño salón de actos que, el pasado jueves al menos, estaba bastante lleno. Y es que nuestro conferenciante, D. Juan Pedro Garrido Roiz, viene a su casa a contarnos si realmente Tartessos existió o no.

Para los que lo desconozcan, reseñar que Garrido Roiz es Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y profesor emérito de la misma Institución, es Arqueólogo y Antropólogo y fue director de las Excavaciones Arqueológicas en Huelva en la Necrópolis Orientalizante de la Joya y de las del Cabezo de la Esperanza, de San Pedro y en la calle Puerto.

Si algún Delegado o político en general no lo conocía de antemano, tal vez pudo tropezarse con un señor mayor y bajito, de ojos vivos y manos volanderas que durante hora y pico se explayó sobre un tema tan nuestro y tan ajeno como el pasodoble Mi Huelva tiene una Ría. Y así, en el corazón, tiene mi Huelva a Tartessos.

El conferenciante fue planteando una serie de preguntas y desgranando en un lenguaje popular e incluso divertido toda una serie de cuestiones previas. ¿Qué es Tartessos? ¿Dónde estaría? La Arqueología, la Lingüística, la Antropología,… al servicio de descubrir el pasado del suelo que pisamos. El suelo que heredamos, el suelo que habremos de legar.

Un pasado encerrado en un maletín de piel marrón, que se escapa a borbotones por las manos volanderas de un hombre pequeñito y sabio. Se enfada con algunas actuaciones recientes que han determinado el estudio de la arqueología en Huelva. Recuerda. Sonríe. Se permite alguna expresión de asombro. Rechaza las leyendas y las exageraciones que el mismo califica de “románticas”, pero escuchando sus palabras, el eco de otras palabras románticas viene a mi memoria. Con todo el respeto :

¿Qué es Tartessos?

De sus palabras surge, se levanta, pasea entre nosotros, vemos sus protagonistas anónimos y tan humanos como nosotros mismos, sus pasiones, sus miedos. Gente que sufrió con los mismos dolores que hoy sufrimos, que trabajó y pisó el suelo que hoy tan poquito respetamos. Gente de otros siglos, otras gentes que siguen vivas hasta tal punto que casi casi me atrevo a decir: ¿Qué es Tartessos? Tartessos es Usted.

Para el conferenciante la pregunta de ¿Qué es Tartessos? se ha planteado en cada época y se ha intentado responder en cada una de ellas con los instrumentos científicos que cada época posee. De esta forma, la respuesta no puede ser la misma cuando se la planteó en el siglo XVI Juan de Pineda que hoy día. Entre otras cosas en el siglo XVI no se tenía el conocimiento de la cronología de la prehistoria ni de la protohistoria que podemos tener hoy.

A falta de otras herramientas, los estudiosos antiguos han buscado de forma incansable una justificación de la existencia de Tartessos en las fuentes escritas, y por su antigüedad y autoridad La Biblia se convirtió en la gran fuente escrita por excelencia. Allí aparece Tarsis.

Este vocablo junto con el Tartessos que recogen los gentiles nos llevan a preguntarnos si hacen referencia a una misma cosa y a la identificación de los lugares nombrados con localidades actuales. Han corrido ríos de tinta de trabajos concienzudos, eruditos, falsarios, políticos, romáticos… toda una pléyade de autores han tratado el tema de Tartessos tanto en su vertiente de mito, de leyenda o de realidad.

La visión romántica que se forja principalmente en la época de los nacionalismos de los siglos XIX y XX llega casi hasta nuestros días. Un buen representante es el propio Schulten, émulo de otro gran romántico, Schliemann.

Y al igual que Fray Juan de Pineda, los estudios de Schulten utilizan los conocimientos y los métodos que se están utilizando en el momento en que se realizan. También los románticos tienen muy en cuenta la palabra escrita como fuente de estudio.

Pero cuando leemos el vocablo Tartessos en los griegos, hay que tener en cuenta que lo transmite Herodoto.

Busto de Heródoto. Imagen: http://es.wikipedia.org

Y Heródoto cuenta la historia de los griegos de Focea, un lugar de Asia Menor, que se lanzan a navegar y van de la ciudad de Samos, por el Mar Tirreno, y de ahí a Cerdeña, y de ahí a Baleares, y pasando las Columnas de Hércules… llegan a Tartessos. Da detalles de las naves de guerra, de los cincuenta remeros, pero Heródoto, el Historiador del Siglo V aC, está contando una historia que sucedió mucho tiempo atrás. Posiblemente en el Siglo VIII aC. ¿Sabe Heródoto cuándo comienzan a navegar los foceos hacia Tartessos?¿Significa lo mismo el término Tartessos para Heródoto que para nosotros? Para los griegos el concepto de de patria es bien distinto al nuestro, en cambio, es más importante el concepto de pertenencia a una ciudad, y también el concepto de un ámbito de actividad.

Reconstrucción del mapa de la ecúmene de Heródoto, circa 450 a. C.. Fuente: http://es.wikipedia.org

 ¿Quién fue el descubridor de Tartessos, el Colón Griego que vino buscando metales? ¿Qué encontraron los griegos cuando llegaron allí?

Los fenicios, que a pesar de haber inventado el alfabeto no nos han dejado grandes textos fueron los primeros en el arte de la navegación. Y en realidad el término fenicio no hace referencia tanto a una nación como a una actividad: la del comercio de la púrpura. Serían tal vez, “los tíos de la púrpura”

Por tanto, los fenicios asentados con anterioridad fue lo que encontraron los griegos. El relato de Heródoto no puede tomarse al pie de la letra. Desde luego los foceos de los que habla necesitarían barcos con quilla, barcos que pudieran mantener la dirección. Y los barcos de guerra son muy apropiados para semejante y peligroso periplo, pero son pequeños, ¿quedaría sitio libre para el posible comercio?¿y para la comida de los cincuenta remeros? Además la visión que daría Heródoto sería siempre la visión del griego conquistador, por eso cuando el habla de Argantonio puede referirse a un rey, o a uno de los basileus que él conoce en el mundo griego. En Historia siempre se habla desde lo que se conoce. O tal vez al nombrar a Argantonio sólo está diciendo… “el tío de la plata”. Podemos deducir que se trata del clásico rey-pastor propio de las sociedades que basan su riqueza en la ganadería con una organización familiar y una estructura social rural.

Todavía seguimos preguntándonos qué es Tartessos.

Parece que el vocablo TRTS, que estaba presente en el Tarsis de La Biblia, procede de alguna lengua semita y se le añadido algún sufijo griego -esssos. El vocablo TRTS estaría vinculado a los metales, y también se encontraría por el mediterraneo oriental.

Así pues, los griegos focenses encontrarían el grupo del rey-pastor y un grupo urbano formado por cananeos o fenicios. Tartessos sería el resultado de una primera colonización fenicia más la primera colonización griega, contada por Heródoto 300 años después de que ocurriera.

Los colonizadores vienen para quedarse. De alguna manera los matrimonios mixtos se dan, y con ellos nace una cultura criolla, esa cultura criolla es Tartessos, la acción de Oriente en Occidente durante tanto tiempo.

Pero este mundo también se acaba y también para su final se han barajado muchas hipótesis. Muchas hablan de un cambio de orientación del comercio. ¿Guerras? ¿La importancia de nuevas ciudades como Gádir?¿Desastres naturales?¿agotamiento de los recursos naturales?

En el relato mítico de la fundación de Gádir se habla de tres posibles “viajes” de fundación y que sólo el tercero tuvo éxito. Pero no sabemos si el segundo “viaje” se refiere a exactamente un viaje o una etapa de ocupación del territorio más allá de las Columnas de Hércules y que correspondería a la etapa de Tartessos.

La línea de la costa ha cambiado, tanto geológicamente como por la acción humana que supone su ocupación continuada.

Tartessos se acaba, pero Olvia, la Feliz, la Opulenta, continuará como un asentamiento humano de mayor o menor importancia a lo largo del tiempo.

Nota Aclaratoria: A las conferencias, a los mítines políticos y a las citas de enamorados se va muchas veces con una idea previa, de tal manera que oímos, no ya lo que nos dicen, sino lo que queremos oir. Espero no ser excesivamente infiel a las palabras del profesor.

Una frase para recordar: “…Y se ha encontrado más bronce en la Joya que en Cartago…”

Emilia.

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