Desde que escribo en este blog he notado que se ha acrecentado mi espíritu crítico y, por qué no, quejica. A decir verdad nunca he sido muy partidario de la labor destructiva de un crítico, pero considero que muchas veces es necesaria, sobre todo si la crítica es constructiva. Lo que sí está claro es que uno se fija mucho más en los detalles desde que participa en La Huelva Cateta.
El pasado fin de semana he estado por Granada, de puente, por decir algo, aunque este año de puente ha tenido poco. Y me he fijado en muchos detalles, pese a mi cortísima estancia, dejándome absorber como una esponja por el encanto de una ciudad que me fascina.
¿Qué puedo decir de Granada que no se haya dicho ya?. Ciudad bonita y acogedora donde las haya, repleta de monumentos y bellos lugares que visitar, rincones que no dejarán de sorprenderte aunque creas conocerla bien. Alhambra y Generalife, para mí una maravilla aunque finalmente no saliera elegida, Catedral con la tumba de los Reyes Católicos, Monasterio de la Cartuja, Abadía del Sacromonte, San Jerónimo,…

Granada es también buena tierra si gustas de los museos y la cultura en general, puedes visitar el Arqueológico, el Parque de las Ciencias, el museo del Palacio de Carlos V, el García Lorca,… Granada es también el lugar idóneo para los hippies y los románticos. Recomiendo subir el Paseo de los Tristes y perderte por el Albaicín hasta llegar al mirador de San Nicolás y ver la imagen más conocida de la Alhambra. O como no, disfrutar de la fabulosa cultura de la cerveza+tapa.

Disfrutarás también si eres amante de las compras (pese a la época de crisis) con un montón de tiendas, tanto de souvenirs como de ropa en el centro o incluso un gigantesco mercadillo a las afueras de ciudad en el que puedes encontrar de todo, desde fruta, hasta alfombras, pasando por lo que se te ocurra. Podrás sentirte trasladado a un país árabe paseando por el Zoco, tomando té en una de las fantásticas teterías o disfrutando de un auténtico baño árabe (algo que recomiendo).

Esa es la cara más conocida, pero el haber sido acogido por unos fabulosos anfitriones de origen autóctono me ha permitido conocer algo más de Granada, esa cara más oculta, esa que en la que se perciben los problemas cotidianos con los que se encuentra un «granaino». Nos pensamos los onubenses que escribimos en este blog que sólo Huelva tiene problemas y no es así, encontré varios paralelismos entre ambas capitales que llamaron mi atención y que quiero compartir. En Granada te encuentras con graves problemas de tráfico, pocas avenidas de varios carriles que desahoguen, lo que hace que todo el mundo coja por una circunvalación para ir a cualquier sitio que empieza a saturarse y que es bastante parecida a la nuestra, es decir, no da la vuelta completa a Granada y esa es una de sus reivindicaciones.
Otro de los problemas de Granada es la comunicación con una capital tan importante como Córdoba. No hay autopista directa y si se quiere ir de una ciudad a otra hay que tomar una sinuosa carretera nacional que en el mejor de los casos puede significar dos horas y media de camino. Como le pasa a Huelva con Cádiz.
Otra de las coincidencias entre Huelva y Granada es que ambas ciudades se quejan de falta de atención por parte de la administración de la comunidad autónoma. A ambas capitales nos parece que son los sevillanos los más privilegiados, aunque en el caso de los granainos, agregan también a Málaga. Pero según uno de mis anfitriones, los verdaderos responsables son los mismos granainos, que aunque haya cosas que les parece que están mal, se dejan llevar por la dejadez y la apatía, como nos pasa a los onubenses.
También llamativo es la gran cantidad de pintadas que hay en varias zonas de Granada, aunque eso sí, no pasa como en Huelva con San Pedro y el Santuario de La Cinta y los vándalos saben respetar los monumentos históricos que son la materia prima de su mayor fuente de riqueza, el turismo.

El barrio marginal de Granada se llama «el Polígono» y como en casi todos los barrios de este tipo de las ciudades, no se atreve a entrar ni la policía ni los bomberos. De este barrio me contaron una curiosa «semejanza» con Huelva y es que en pleno corazón de dicho barrio hay un edificio al que llaman «El Hotel Luz«. Su nombre nada tiene que ver con el de Huelva, su explicación está en que nadie de los que allí viven pagan luz, ni agua ni nada de nada. La prostitución es otro de los problemas, que muestra su cara más visible en una de las entradas a Granada. Quedé impresionado al ver a tantas chicas de tan corta edad (al menos en apariencia) parando sin pudor a desconocidos.
Me contaron también algo de lo más paradójico. Hay un centro comercial llamado Kineapolis con cines y demás que se encuentra a las afueras de Granada, en el termino municipal del pueblo Pulianas. Resulta que en ese centro comercial no pueden dar servicio los taxis de Granada puesto que no se encuentra en su término municipal, por lo que es el único taxi del pueblo el que puede llevar a clientes del mismo a Granada. Sin embargo a la inversa sí que pueden dar servicio los taxis, de Granada a Kineapolis. Según me dijeron, ese mismo problema lo tuvo el aeropuerto, que afortunadamente fue solucionado con un consorcio de transportes del área metropolitana hace no mucho tiempo. Sin embargo los granainos avanzan a buena velocidad gracias a este consorcio y nos ganan por goleada, en la actualidad se está construyendo el «Metropolitano de Granada», que no es otra cosa que un tranvía que unirá pueblos del área metropolitana. Pese a eso están pagando el precio del progreso en una construcción que tiene medio levantado a pueblos como Atarfe y que han provocado el cierre de varios negocios.
Espero que con este post no se lea únicamente entre líneas un «mal de muchos, consuelo de tontos«, con él he querido buscar paralelismos entre dos ciudades que, aunque distanciadas, comparten varios problemas, algunos de ellos con responsables comunes. Ojalá seamos todos capaces de solucionarlos con el tiempo. Tan sólo añadir para finalizar una cosa que me resulto harto curiosa y que servirá de guiño a los que leyeron el artículo que dediqué a Cádiz y es que tuve ocasión de ver una barriada de Granada en la que de las papeleras ¡colgaban una escoba y un recogedor! La respuesta de mi anfitrión fue rotunda: «Son para recoger las cacas de los perros».
Sr. Rubio.
Fotos: Elaboración Propia.