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Un Tsunami en Méndez Núñez

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en viernes, 21 septiembre 2012

De todos es conocida la historia del terremoto de Lisboa y el posterior maremoto que azotó las costas onubenses en el año 1755. También es conocido que no ha sido el primero ni será el último fenómeno de este tipo que afectará a nuestras playas. Estudios recientes han determinado la existencia de tsunamis a través de las capas de sedimentos que estas olas depositan a su paso (llamadas «tsunamitas»). Se han detectado en la actual provincia de Huelva capas correspondientes a tsunamis en los años 1755, 1531, 949, 881, 395 antes de nuestra era,  y otros 8 anteriores al nacimiento de Cristo, entre ellos destacables los de 550 a.C. y 2500 a.C. correspondientes con las fechas aproximadas de declive de las culturas tartésica y megalítica.

Pero aparte de estas capas de sedimentos, se ha encontrado otro indicio que parece corresponder con los destrozos causados por un maremoto en un edificio.

Durante la excavación arqueológica de 1998 en la calle Méndez Núñez nº 7 y 8 de Huelva,  dirigida por Manuel Osuna y codirigida por Gustavo A. Rey, aparecieron una serie de estructuras de piedra que se correspondían con los cimientos de varios edificios, entre ellos un posible santuario de planta trapezoidal. Algunos de los muros de este santuario parecían haber sido derribados por fuerzas naturales y no por causa del hombre.

Al continuar la excavación, aparecieron conchas de moluscos marinos. De entre todos los tipos de moluscos encontrados destacaba una gran concentración de conchas procedentes de especies de alta mar, y no de zonas costeras. El resto correspondían a fósiles de conchas de los cabezos y acumulaciones (basureros ) procedentes del consumo humano. A estos indicios se le sumaba la aparición de un horno metalúrgico cuyo metal se habia solidificado de forma instantánea.

La fecha en la que se ha datado este evento es el siglo VII a.C. El tsunami conocido más cercano es el del 550 a.C.

En aquella época la ría de Huelva no era una zona de marismas, sino un estuario abierto que formaba una bahía. La protección de la barra de Punta Umbría y de las islas no existía (sólo Saltés emergía sobre las aguas). Todo esto provocaba que el impacto de un tsunami sobre la ciudad de Huelva fuese mucho mayor que en épocas más recientes.

Paleografia ría de Huelva

Paleografia ría de Huelva

El edificio del santuario fue desmontado y trasladado piedra a piedra al Museo de Huelva con la idea de ser reconstruido. Sin embargo, las piedras fueron almacenadas y continúan durmiendo en el limbo de las piedras.

Fuentes:

www.huelvainformacion.es

http://chocotoxico.blogspot.com

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Los riesgos del Gas Natural Licuado (GNL) en la Ría de Huelva

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en lunes, 20 febrero 2012

Choco Tóxico ha publicado en su blog otro genial artículo que todos deberíamos leer para conocer los riesgos a los que estamos expuestos. Os dejamos con él, reproducido íntegramente, aunque también podréis leerlo en su blog:

De izquierda a derecha: Metanero + Refasificadora de Enagas + Refinería Cepsa en el Puerto Exterior, término municipal de Palos de la Frontera (Huelva). Un riesgo inasumible.

Para transportar el gas natural (fundamentalmente compuesto por metano) desde los lugares de extracción a los países de destino, se somete a un proceso de licuado, para lo cual previamente se extraen las impurezas, básicamente agua y dióxido de carbono, tras lo cual  se procede a enfriarlo a -161 Cº, consiguiéndose que el volumen que ocupa el gas se reduzca 600 veces. En este estado líquido es como se transporta el gas en los llamados barcos metaneros, que son capaces de transportar entre 120 y 200 millones de litros de GNL. Así pues, el volumen de gas que transporta un metanero equivale a 600 veces su tamaño. En el siguiente gráfico puede observarse claramente lo que supone una reducción de un volumen 600 veces.

En el puerto de destino, el GNL se transbasa a unos enormes tanques, donde se almacenará en estado líquido, criogenizado a esa bajísima temperatura, hasta que se regasifique para su venta y distribución, de ahí que estas plantas se denominen Regasificadoras.

En las inmediacines de la ciudad de Huelva existe en la actualidad una gran planta regasificadora, propiedad de Enagas, ubicada en las instalaciones del Puerto Exterior. Se encuentra en proyecto una segunda regasificadora, en esa misma ubicación, promovida por el grupo Villar-Mir, propietario de Fertiberia.

El gas natural licuado (GNL) es una sustancia extremadamente inflamable y explosiva. El GNL es uno de los  explosivos no nucleares más potente que se conoce. El GNL, en caso de fuga de los tanques de los barcos metaneros, puede, por una parte, transformarse en vapor, generando una «nube» pesada que se extenderá a merced del viento, y que en caso de encontrarse con cualquier chispa (generada por ejemplo en cualquier proceso eléctrico, encendido de una bombilla, interruptor, arranque de un motor) o una pequeña llama se inflamará generando una nube de fuego que calcinará todo lo que se encuentre a su paso. Es más, está comprobado por los laboratorios de las propias empresas gasistas, que en determinadas circunstancias climatológicas, en conjunción con la cantidad del escape, el GNL pude llegar a inflamarse por sí solo sin necesidad de ignición externa. En condiciones ambientales, la mezcla de aire y gas natural es inflamable cuando el contenido de gas natural está comprendido aproximadamente entre el 5% y el 15% en volumen del aire.

El siguiente vídeo muestra la extremada inflamabilidad del GNL en un ejercicio realizada por un cuerpo de bomberos. El vapor que se expande como una nube pesada equivale a unos pocos litros de GNL, es fácil imaginar pues como puede llegar a ser un incendio de millones de litros, que son los que carga un metanero o se almacenan en los tanques de las regasificadoras.

Otro riesgo posible de inflamación del GNL viene determinado por la concurrencia del fenómeno conocido como  BLEVE, que es el acrónimo en inglés de «boiling liquid expanding vapour explosion» (explosión de vapores que se expanden en líquidos en ebullición). Este tipo de explosión es la que puede ocurrir en los tanques de los metaneros o de las regasificadoras que almacenan gases licuados, al sobrecalentarse en caso de incendio en el exterior de los mismos.

Por otra parte, al margen de su extremada inflamabilidad, el GNL al transportartarse a tan bajísima temperatura, está sujeto, en caso de que por una rotura del tanque de transporte se vierta al agua, a un proceso físico denominado «transición de fase acelerada», conocido por sus siglas en inglés, RPT (Rapid Phase Transition). El GNL a -161º C, en caso de vertido, al ponerse en contacto con el agua del mar, pasaría rápidamente del estado líquido al gaseoso. Pues bien, en este rápido proceso de cambio de fase, el GNL se muestra increiblemente explosivo. Un pequeño vertido de unos simples cientos de litros puede provocar una fuerte explosión que a su vez puede dañar la estructura del buque, generando así un vertido mayor, y con ello una deflagración  mayor, en un proceso en cadena que además se vería agravado por la ignición del gas que no hubiera explotado. Un verdadero infierno.

El siguiente vídeo, que recoge experimentos con GNL realizados por la empresa gasista francesa Gaz de France, muestra la capacidad explosiva del GNL en condiciones ambientales reales. Como se aprecia en el mismo, los experimentos se han realizado utilizando escasos litros de GNL, por lo que es fácil imaginar el tamaño y potencia de las explosiones si se tratara de vertidos al mar de millones de litros que son los que transporta un metanero.

De cuanto antecede se deduce que los procesos más peligrosos en el transporte del GNL son indudablemente los carga y descarga de los metaneros, pues son los momentos en los que más factores externos intervienen. Fallos humanos, técnicos, colisiones entre buques, vendavales, terremotos, podrían producir que se desecadenara en el proceso de carga o descarga un vertido suficientemente significativo de GNL para que la explosión subsiguiene originara una tragedia incontrolable.

De producirse un derrame con inflamación de todo la carga (entre 120 y 200 millones de litros) se produciría una nube de fuego que arrasaría, incendiando todo a su paso, unas 4500 hectáreas entorno al barco siniestrado. Partiendo de que el radio destructivo de la bomba de Hiroshima fue de 1,6 km, la deflagración o el incendio de todo el gas transportando en un metanero equivaldría a entre 20 a 30 bombas nucleares como la de Hiroshima, según el tamaño del barco y la cantidad de carga derramada. Como es fácil de suponer, ningún equipamiento de prevención podría controlar un incendio y/o explosión de GNL de tales dimensiones.

En Huelva, la situación es inconcebible, pues las administraciones medioambientales (Ministerio y Consejería) han permitido la instalación de la enorme regasificadora de Enagas y sus pantalanes de descarga de metaneros (al igual que la futura de Villar Mir) a escasos metros de una de las refinerías más grandes de Europa, la de Cepsa «La Rábida» en Palos de la Frontera, de tal manera que la regasificadora se encuentra rodeada de decenas tanques de hidrocarburos y de una actividad industrial, la del refino, que requiere constantemente de procesos inflamables.

Metanero + Planta Regasificadora + Refinería. La Población de Palos de la Frontera al fondo.Una terrible irresponsabilidad.

En caso de explosión de uno de los barcos metaneros que semanalmente entran en el Canal del Padre Santo de la ría de Huelva, el radio de devastación sería de unos 10,5 kilómetros, con lo que quedarían arrasadas las poblaciones de Palos, Mazagón, Punta Umbría y la propia ciudad de Huelva. A todo lo cual se añadirían las explosiones de los tanques de combustible almacenado en la refinería.

Tanques de la Regasificadora de Enagás en el Puerto Exterior, vistos desde la ría de Punta Umbría.Al fondo se distinguen los tanques de la refinería de Cepsa. La proximidad con Punta Umbría resulta patente.

Ni en la Autorización Ambiental Integrada concedida el 29 de enero de 2008 por la Consejería de Medio Ambiente a la ampliación de la regasificadora de Enagas, ni en la mucho más reciente Declaración de Impacto Ambiental de 9 de agosto de 2011,concedida a la empresa Energía y Gas de Huelva (Energas) del grupo Villar Mir, se menciona ni se valora en absoluto, ni de pasada, los riesgos que pueda conllevar la ubicación de las regasificadoras junto a una de las mayores refinerias de Europa. Es como si la refinería no estuviera alli, y las regasificadoras estuvieran en medio del desierto.

Pero si dicha omisión ya resulta sorprendente, no es, sin embargo, la única de las que adolecen ambas resoluciones, por supuesto favorables a la instalación de las regasificadoras. En tal sentido, ninguna de las dos menciona el riesgo de vertido, bien en el proceso de descarga o por rotura de los tanques en tierra, por causa de terremoto. Tal omisión es francamente sorprendente, teniendo en cuenta que Huelva se encuentra enclavada en una zona de riesgo sismico medio-alto, al punto que desde 1969 se han producido en Huelva cinco terremotos que han superado el 5 en la escala Richter. El de 1969, que alcanzó 7,3, el de 1989, 5,6, el de 2004, 5,5, el de 2007 llegó a 5,9 y el de 2009, 5,7. Sin embargo este hecho incontestable no merece ni la más mínima consideración ni referencia a la hora de autorizar la instalación de tanques que contienen más de 150.000 m3 de uno de la productos más inflamables y explosivos que se conocen. Para la Consejería y para el Ministerio de Medio Ambiente, es como si en Huelva ni hubiera habido ni fuera a haber terremotos, por lo que es inútil prever la incidencia de tal circunstancia en relación con el almacenamiento de millones de litros de GNL.

Pero la omisión de circunstancias previsibles que pueden incidir de un modo directo en el vertido de GNL no se limita a las dos anteriores, sino que se agrava por el hecho de que en ninguna de las dos autorizaciones se hace la menor mención al riesgo de que se produzca un tsunami en la costa de Huelva, y las consecuencias que ello pueda ocasionar en las instalaciones de la regasificadora y en el proceso de descarga de los metaneros. El riesgo de tsunami en modo alguno es despreciable, puesto que en la actualidad están constatados geológicamente cinco tsunamis catastroficos en la costa de Huelva, los de los años 1755, 1531, 949, 881 y 395 de nuestra era, todos ellos originados por sismos históricamente documentados. Pero ahí no queda la cosa, pues en fecha tan reciente como 2007, se produjo un tsunami que generó una ola de medio metro, razón ésta por la que pasó prácticamente desapercibido. Pero lo cierto es que se produjo y en cualquier momento puede producirse otro y de mayor fuerza. ¿Están preparadas las instalaciones de la regasificadora y su pantalán de descarga para soportar los efectos de un tsunami? Definitivamente, no. En el caso de la regasificadora, de inundarse por efecto del tsunami, quedaría seriamente comprometido, por no decir inutilizado, tanto el suministro eléctrico de la planta como sus generadores. Sin fluido eléctrico no podría mantenerse la criogenización que conserva el GNL en su estado líquido, subiendo por tanto la temperatura en el interior de los tanques, pasando el GNL a estado gaseoso, con los desastrosos efectos que como hemos visto ello conlleva. ¿Contemplan las autorizaciones administrativas de la planta dicha posibilidad? No. Sería un accidente prácticamente idéntico en su causación al de la central nuclear de Fukushima, y es que lo que está claro es que no escarmentamos en cabeza ajena. En caso de que el tsunami se produjera durante el proceso de descarga de un metanero en el pantalán de la regasificadora, a todo lo anterior habría que incluir el efecto que produciría el violento choque del buque contra el pantalán, con la segura fuga de GNL, y el consiguiente riesgo de inflamación y explosión de la carga.

Otro riesgo nada desdeñable sería el de colisión de los metaneros con otras embarcaciones que circulen en sus maniobras de entrada o salida del puerto de Huelva por el Canal del Padre Santo, entrada natural del puerto, y donde se ubica precisamente el pantalán de la regasificadora de Enagás y el previsto para la futura de Villar Mir. Si el riesgo de colisión ya es elevado, dado el intenso tráfico de la ría de Huelva (2000 buques anuales), el mismo se multiplicará exponencialmente si llega a construirse la segunda regasificadora, la de Villar-Mir, pues como reconoce expresamente la Resolución de Impacto Ambiental concedida por el Ministerio de Medio Ambiente, con la misma se producirá un incremento del tráfico marítimo y «según indica el estudio de impacto ambiental, tras la puesta en marcha del complejo proyectado se estima un incremento en el tráfico de GNL de unos 6.000.000 m3. Con una capacidad media de los buques metaneros de 130.000 m3, el número de este tipo de buques que supondrá el proyecto será de unos 46 anuales».

Por último, respecto al riesgo de deflagración inherente al GNL, la Junta de Andalucía en su AAI a Enagás, guarda el más absoluto silencio. El Ministerio, respecto a este mismo riego, en relación con la regasificadora de Villar-Mir se limita a exponer lo siguiente: «el impacto sobre el medio marino de un posible escape de GNL en las operaciones de carga y descarga o debido a un accidente marítimo no se considera significativo, ya que a diferencia de otros hidrocarburos, como el petróleo, el gas natural licuado se vaporiza rápidamente al quedar flotando sobre el agua y no deja residuos». Basta con ver los vídeos anteriores y los estudios realizados por empresas de consultoria de seguridad industrial especializadas en GNL, para determinar que el ministerio se ha despachado muy a la ligera su consideración de «riesgo no significativo» en caso de vertido.

Tanques de la Regasificadora de Enagas, desde la playa de la Punta de la Canaleta (Punta Umbría).La cercanía de la Regasificadora con una playa tan densamente ocupada y turística resulta inconcebible.

Resoluciones administrativas citadas

Autorización Ambiental Integrada concedida a la Regasificadora de Enagas Palos de la Frontera

Resolución de Declaración de Impacto Ambiental concedida a Enargas (Villar Mir) el 9 de agosto de 2011

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De la Atlántida a Tartessos

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en martes, 10 mayo 2011

Finding Atlantis o lo que es lo mismo: Buscando la Atlántida, es el título de uno de los últimos documentales del National Geographic. Dicho documental sitúa en Doñana esta isla legendaria desaparecida en el mar, mencionada y descrita por primera vez en los diálogos Timeo y el Critias, textos del filósofo griego Platón.

Toda esta historia (la reciente, puesto que esta hipótesis se ha barajado varias veces en distintas épocas) comienza en el año 2.003, cuando unas imágenes por satélite detectan en las marismas del Parque Nacional de Doñana unos anillos concéntricos en el terreno. Es entonces cuando el físico alemán Rainer W. Kühne se preocupa de estudiar estos hallazgos y cae en la cuenta de que estos círculos concéntricos fueron descritos por Platón en el Timeo y Critias en relación al aspecto de la Atlántida.

En aquel momento, cuando Kühne dio a conocer su hallazgo, la prensa trata con sorna la noticia y vilipendia la investigación del físico, por lo que el físico decide publicar los fundamentos y pruebas de su teoría en una revista científica: Antiquity, lo que dio lugar a que se tratara el tema con respeto, ya que iba avalado por una publicación de gran calidad donde no cabían disparates y errores como los que pretendían colocar sobre el estudio del físico alemán.

Y aquí entran en juego nuestras instituciones. A raíz de la investigación de Rainer W. Kühne el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) comienza un estudio en el año 2.004, que se intensifica notablemente durante el año 2.007, en el que tratan de buscar indicios y pruebas acerca de los que parecían ser los últimos vestigios de una ciudad engullida por un tsunami en las marismas de Doñana.

Pero el verdadero «salto a la fama» de esta historia se produce cuando el arqueólogo Richard Freund, de la Universidad de Hartford e investigador de National Geographic, acude a España interesado por las investigaciones de Kühne y del CSIC, respectivamente. Entonces Freund construye con los indicios una hipótesis que es presentada a National Geographic y deciden hacer un documental, que ya ha sido estrenado en Estados Unidos pero que llegará a España este verano.

Os dejo el documental: (Los videos del Youtube se pueden traducir de una forma muy fácil. Una vez que le dais al play localizáis en la esquina inferior de la derecha un símbolo con «CC». Pincháis y le dáis a transcribir audio, os sale un recuadro y clicáis en aceptar. Volvéis a darle al símbolo de «CC» esta vez pincháis en traducir subtítulos buscais spanish:español y clicáis en aceptar, la traducción no es perfecta pero menos es nada):

Está claro que los del National Geographic con una serie de indicios que aún hay que demostrar se han apresurado a sacar unas conclusiones. El primer Tsunami en la península está datado en el 200 A.C. aprox. Y aunque se sabe que quizás hubo anteriores, de momento no está demostrado. Siguen las investigaciones pero de momento no hay ningún fenómeno de estas características datado en el 9000 A.C. aprox. que es cuando desaparece, de haber existido, esta legendaria civilización.

Por lo tanto, quizás por fin hayan dado con la ubicación de Tartessos y siguen empeñados con el mito de la Atlántida.

Tartessos fue el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico.

La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Herodoto, del sigloV a. C. que habla del rey Argantonio (significa Hombre de plata y se dice que gobernó cien años) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad.

A pesar de que hay numerosos restos arqueológicos en el sur de España, como el tesoro del Carambolo, que se consideran pertenecientes a la cultura tartésica, la ciudad de Tartessos aún no ha sido hallada. Su posible emplazamiento ha sido objeto de estudio por el arqueólogo e hispanista alemán Adolf Schulten (1870-1960), que murió sin ver cumplido su sueño de encontrar la ciudad. Su teoría sobre la ciudad de Tartessos fue muy polémica y muchos la tacharon de fantasiosa. Creyó que la ciudad podría estar en el coto de Doñana, siendo avalada esta tesis por el hallazgo de la Estela Tartésica de Villamanrique, ocurrido el 22 de marzo de 1978 en el paraje denominado Chillas (situado en Villamanrique de la Condesa, Sevilla, una localidad limítrofe con el Parque Nacional de Doñana) por dos de sus vecinos (D. Manuel Zurita Chacón y D. Manuel Carrasco Díaz). Esta inscripción arqueológica en piedra única, del s. VI a. C., que nos documenta sobre la escritura indígena, se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.

Siguiendo la hipótesis de Doñana, los investigadores del CSIC Sebastián Celestino y Juan Villarías Robles, el profesor de la Universidad de Huelva Antonio Rodríguez y el historiador Ángel León hicieron desde el verano de 2005 hasta el de 2008 una campaña geofísica, superficial y de fotografía aérea en la zona de la Marisma de Hinojos, donde fotografías satelitales y muestras del subsuelo sugieren que podrían haber restos antrópicos, desconociéndose por el momento su datación.

En el siglo VI a. C., Tartessos desaparece abruptamente de la historia, posiblemente barrida por Cartago y las demás colonias fenicias (Gadir, metrópolis fenicia, se encontraba en pleno reino tartessio) que, después de la batalla de Alalia, entre Cartago y Grecia, le hicieron pagar así su alianza con los griegos focenses. Otros dicen que fue refundada, sobre condiciones poco claras, con el nombre de Carpia. Los romanos llamaron a la amplia Bahía de Cádiz ‘Tartessius Sinus’, pero el reino ya no existía.

También se considera que el agotamiento de las vetas de minerales, fuente principal de su riqueza comercial, habría colapsado la economía tartésica y creado convulsiones sociales al perder las élites la fuente de su riqueza y poder, basado en el comercio exterior. Una vez desaparecidas las élites, habría desaparecido la unidad política y social de los núcleos tartésicos.

Otras teorías afirman que su desaparición pudo deberse a invasiones de los celtas e incluso se habla de que pudo haber un terremoto.

Más recientemente se ha planteado que esta civilización pudo ser barrida del mapa por la sucesión de desastres naturales en la zona.

El arqueólogo e historiador onubense de la Universidad de Huelva: Claudio Lozano Guerra-Librero formó parte de “Finding Atlantis”. Sigue con las investigaciones sobre este tema y declaró que aún habiendo algunos indicios, National Geographic se ha apresurado en sacar este documental. Os dejo una intervención suya en el programa radiofónico de Onda Cero “La Rosa de los Vientos”.Pinchad el siguiente enlace:

Entrevista a Claudio Lozano

Para terminar os dejo el pregón que el profesor Riquelme dio el pasado verano en las fiestas del barrio romano. Persona entrañable que tiene unos métodos muy curiosos de investigación. Dice haber encontrado la Atlántida o Tartessos y lo sitúa en la Isla Saltés. También habla de que localiza estructuras de la época romana, nosotros estuvimos en La Peguera y pudimos vislumbrar sitios dónde pudieran encontrarse, dentro de poco quizás tengáis noticias sobre este asunto.

Os dejo el video del pregón de Riquelme y perdonad el estado de la imagen y la falta de educación de la gente que no para de hablar:

En definitiva y para concluir podemos decir que la gente de National Geographic ha pecado de sensacionalista y ha actuado de forma poco científica, si bien hay algunos indicios remotos sobre la Atlántida no son nada concluyentes.

Hay que tener paciencia y dejar trabajar a los investigadores para que arrojen luz sobre este asunto tan apasionante e interesante. Seguramente que tendremos nuevas noticias dentro de no mucho tiempo y este tema tendrá una repercusión mundial tras el interés mostrado por National Geographic.

Mientras tanto nos quedamos con la idea de que se encontrará por fin la ciudad de Tartessos. Ya no sólo veremos este nombre rotulando peluquerías, hoteles y demás comercios en la provincia sino que podremos ubicarlo de una vez y podremos visitarlo. Quien sabe…

William Martin. (Publicado originalmente en la web www.foropuntaumbria.com)

Fuentes:

http://www.nationalgeographic.com.es/

http://es.wikipedia.org

http://periodismoymisterio.blogspot.com

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La mítica Atlántida podría estar en Doñana

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en lunes, 14 marzo 2011

Esa es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores internacionales de distintas ramas afirmando que la ciudad perdida estuvo ubicada en las Marismas de Doñana y que pudo ser arrasada por un tsunami similar al que ha asolado parte de la costa nipona. El amigo José Antonio nos ha mandado la noticia aparecida hoy 14 de marzo en el ABC y no hemos resistido la tentación de publicarla tal cual. A buen seguro que hará las delicias de los lectores más fanáticos de la historia antigua de la provincia de Huelva:

Puede que Platón en sus Diálogos no hiciera más que relatar una verdad histórica y no una leyenda de la antigüedad al mencionar la existencia junto a los Pilares de Hércules de una fabulosa ciudad -la Atlántida- que en cuestión de «un día y una noche… desapareció entre las profundidades del mar». Un grupo internacional de investigadores, con el respaldo de la National Geographic Society de Estados Unidos, dice haber encontrado indicios del mito que viene fascinando desde hace 11.000 años justo bajo las marismas del Parque Nacional de Doñana.

Imagen: National Geographic

El equipo de geólogos y arqueólogos dirigido por el profesor americano Richard Freund ha invertido dos años de trabajos con la ayuda de fotografías de satélite, radares capaces de penetrar la tierra, cartografía digital y tecnología submarina. Y de acuerdo a sus conclusiones, narradas para la televisión en un documental especial emitido esta semana, la Atlántida con su peculiar diseño circular estuvo situada ni más ni menos que al noroeste de Cádiz.

El profesor Freund también ha confirmado que el final de esa ideal ciudad vino en forma de un cataclismo de la naturaleza: un terremoto y un brutal tsunami como el sufrido la semana pasada por Japón. De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por el académico de la Universidad de Hartford, en Connecticut, «resulta bastante difícil entender que un tsunami puede arrasar hasta más de 90 kilómetros tierra adentro pero de eso, más o menos, es de lo que estamos hablando».

Como respaldo a estas hipótesis, los investigadores señalan la existencia de restos de otras «ciudades monumento» construidas siguiendo el peculiar trazado circular de la Atlántida. Obras situadas en otras partes de España y atribuidas a supervivientes de la destrucción de la mítica ciudad descrita en las cercanías del estrecho de Gibraltar. De acuerdo las explicaciones del profesor Freund, el lugar identificado en Doñana, que resulta accesible solamente durante un mes de verano, «es el mejor candidato posible nunca descubierto con la mayor cantidad de evidencias» en comparación a otras alternativas en otras partes del mundo.

El equipo patrocinado por la National Geographic ha anunciado su intención de volver para realizar excavaciones tanto en la zona del Parque de Doñana como en las misteriosas réplicas detectadas más hacia el centro de España. Entre las evidencias presentadas figuran estatuillas que se remontan a la edad de bronce y una serie de mediciones que indican la existencia en el subsuelo, bajo varios metros de agua y barro en la desembocadura del Guadalquivir, de estructuras que podrían ser canales y zonas de uso comunal.

Fuente: http://www.abc.es/20110314/ciencia/abci-national-geographic-situa-atlantida-201103141731.html

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