La Huelva Cateta

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Morir en el parque Alonso Sánchez

Posted by www.LaHuelvaCateta.es en miércoles, 18 septiembre 2013

El pasado lunes, cuando estaba cerrando la ventana de mi habitación, a través del cristal, vi algo raro en el Parque Alonso Sánchez. Supuse que habían abandonado algún objeto voluminoso, porque vislumbraba algo muy colorido en tonos blancos y rosa pastel. A punto estuve de volver a mis quehaceres, porque tenía prisa… Pero observé aquello con detenimiento, abriendo de nuevo la ventana. Sin duda alguna, era una persona acostada sobre la tierra, ¡a la hora del almuerzo! Pensé que era un borracho durmiendo la mona, porque los vecinos ya hemos visto a demasiados de ellos descansando sus penas por este parque. Solo tardé unos segundos en desenfundar mis prismáticos para cerciorarme de que estaba durmiendo y no desmayado o algo parecido. Pero, en cuanto le enfoqué, pude ver el rostro tranquilo y sosegado de un hombre a quien le salía sangre por el oído, con un inquietante cerco de tierra ensangrentada alrededor de su cabeza. Al instante, nada contrariado, llamé a la Policía Nacional, avisándoles de lo que estaba viendo. Y al colgar, tras esperar tres o cuatro minutos eternos, queriendo ser insistente, telefoneé también al 112. Mientras aquel individuo seguía tirado en la distancia, lo observé con la impotencia de no poder socorrerlo en ese mismo instante, porque hubiese tardado demasiado en bajar y salir del edificio, en recorrer cientos de metros de calle y en acceder hacia la zona del parque que tan fácilmente observaba con los prismáticos. No sé cuánto tiempo llevaba así esa persona, pero sentí vergüenza ajena por el hecho de que nadie más de los bloques de las viviendas colindantes se hubiese dado cuenta del incidente. Y antes de que yo pudiera haber llegado al lugar, ya estaban dos policías nacionales tomándole el pulso al individuo.

Observando el despliegue policial, judicial y médico en la zona, me percaté de que había una rama grande debajo del hombre inmóvil. Entonces comprendí que había caído desde lo más alto del parque, y que en su caída partió un árbol en dos. Desconozco con certeza si fue un accidente, un suicidio o un asesinato; este es el trabajo de los peritos judiciales, de la jueza, de la Policía Científica y de los demás profesionales que estuvieron junto al cuerpo ya cadáver.

Todo indica que este asunto se trató como un suicidio. La prensa no ha comunicado lo que ocurrió en el parque ni se ha llamado a la colaboración ciudadana para esclarecer los hechos. Los suicidios casi nunca trascienden a las noticias: sea tabú o rancio catolicismo, nos incomoda el tema del suicidio, nos asusta esa libertad que las personas tienen para decidir o forzar su propia muerte.

Las autoridades que han gestionado esta muerte violenta en el Parque Alonso Sánchez, en apenas dos horas, tampoco publicitarán esta tragedia, porque no conviene anunciar que dicho parque es una plataforma efectiva para potenciales suicidas: alturas de vértigo, rincones solitarios, entorno vecinal discreto y el horizonte inmenso que engloba toda la realidad del mundo que el suicida quiere abandonar (calles, vehículos, viandantes, fábricas, bancos, tiendas exclusivas, bares, ríos, pueblos, carreteras, arboledas, aviones… y todo el cielo abierto). Sin embargo, el asunto en sí es muy grave: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que se suicida una persona cada 40 segundos, siendo la primera causa de muerte violenta en España y el resto del mundo.

Antes de intuir que aquella persona se suicidó en el parque, observándolo con los prismáticos mientras esperaba la llegada de la Policía Nacional, me llamó la atención su rostro sereno. Por eso parecía que dormitaba. Incluso su mano derecha, casi con delicadeza, sujetaba su cabeza apoyada sobre la tierra ensangrentada. Y allí estaba él, en la soledad del parque, sin las flores de primavera, pero rodeado de las hojas secas que ya anuncian el otoño. Yo fui la primera persona en descubrir el resultado de una muerte así de violenta. Pero no me ofendió el hecho de que el lugar de su muerte coincidiera bajo mi ventana, en ese espacio público que también perteneció al difunto. Sí me apenó cómo había, supuestamente, decidido acabar sus días en este mundo. E insisto en lo que vi: un hombre bien arreglado, afeitado, peinado y con unos llamativos pantalones blancos muy limpios; el gesto tranquilo del rostro de quien ya estaba muerto, el gesto de alguien que se quedó por fin descansando.

Las facciones de aquella persona fallecida no reflejaban los espantos y los horrores que debió de sufrir en vida, presuponiendo traumas, desórdenes psiquiátricos, falta de afectos, graves problemas económicos, exclusión social o demás circunstancias vitales que derivan en un suicidio. Él yació acurrucado entre las hojas secas del parque, anunciándonos una extraña tranquilidad que ya no era de este mundo.

Yo había escrito otros comentarios en La Huelva Cateta sobre las palmeras que incendiaron precisamente a muy pocos metros de esta tragedia. Así que no puedo evitar avergonzarme por mis simplonas quejas de antaño: ahora siento que la quema de esas puñeteras palmeras me importan un carajo frente a la gravedad y trascendencia de la pérdida de una vida humana. En frío, sé que son compatibles todas las quejas para mejorar nuestra ciudad. Pero, siendo tan reciente la muerte de esta persona, necesito reivindicar el valor de la condición humana por encima de cualquier asunto reparable, remediable, subsanable… Porque no hay nada más superfluo que los asuntos cotidianos que no sienten, que no sufren, que no aman, que no viven… Y por esto es un misterio la decisión de quienes deciden morir a destiempo. Ahora contemplo el Parque Alonso Sánchez con otros ojos más completos, porque no cesa de descubrirme la gente y su mundo: policías, yonquis, médicos, borrachos, paseantes, amantes, deportistas, jardineros, fotógrafos… y suicidas.

Pierre Marie.

16 respuestas to “Morir en el parque Alonso Sánchez”

  1. aguila roja said

    Muy penoso y triste para mi…..porque estoy convencido que a la inmensa mayoria esta dramatica noticia les dara igual…..estamos viviendo unos tiempos tremendos de injusticias y dramas humanos horribles……muchos suicidios lo son por problemas economicos….por no poder pagar las hipotecas…y existen unos culpables…claro esta….y en esta sociedad insolidaria quien come….no se acuerda de quien no come…….como bien decia mi padre…..aparte problemas familiares….sentimentales….y sociales……es una verdadera lastima noticias de este tipo…..una vida perdida donde seguramente habia remedio en su ceguera suicida…..me afecta personalmente por haberlo sufrido eb casos de amigos…..varios…..en fin…..en esta mañana gris….con esta noticia y la muerte de un compañero de trabajo he quedado roto y amargado……saludos….

  2. Anónimo said

    Muy triste. Felicidades por tu narración, cruda y emotiva a partes iguales. Qué pena de parque, qué pena de vidas…

  3. Anónimo said

    Y a mí que la foto me parece completamente innecesaria, cruda, desagradable y desafortunada…

  4. Anónimo said

    A mi la foto me parece totalmente prescindible, de muy mal gusto para el difunto, familiares y conocidos.

  5. Pedro said

    En mi opinión, se están ocultando las cifras de suicidios.
    El mayor porcentaje, leí no hace mucho en un periodico, pertenecian a separados-divorciados varones en torno a los 45 años.
    No sé si habra datos oficiales respecto a este asunto.

  6. maria rocio lagares fernandez said

    Date: Wed, 18 Sep 2013 10:00:15 +0000 To: marolafe@hotmail.com

  7. Respondo a varios de los comentarios anónimos anteriores. Hay una fotografía que se tomó del lugar del suicidio justamente después de que se levantara el precinto policial, en un ESPACIO PÚBLICO, y sin la presencia del fallecido. Dicha fotografía se realiza en un espacio de USO COMUNITARIO, que sirve para acompañar el artículo de opinión en cuestión, tal y como se sugiere que se adjunte en este blog. Se trata de una fotografía absolutamente procedente y legal, que en ningún caso es constitutiva de delito, además de ser respetuosa y absolutamente necesaria para concienciarnos de la gravedad del asunto: el suicidio en nuestra sociedad actual. Puse en alerta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y al 112 desde el minuto uno que descubrí al fallecido, insistiendo en que fuera socorrido por profesionales lo antes posible. Así que voy a ser estrictamente intransigente y radical con cualquier comentario, sea o no anónimo, que considere dicha fotografía como “desagradable, desafortunada, innecesaria, de mal gusto para los familiares…”. Han pasado varios días del fatal suceso, y la fotografía sigue siendo la misma, porque la tierra de esa parte del parque sigue manchada de sangre. Ahora comprendo perfectamente quiénes son esos canallas e hipócritas que se escandalizan con la fotografía, evidenciándonos su total falta de sensibilidad y empatía por el fallecido. Ahora comprendo quién estigmatiza a los suicidas, condenándolos al olvido y a la indiferencia, apuntándolos en cualquier maldita estadística de muertes violentas. No me darán lecciones de moralidad esos canallas anónimos que seguramente son el tipo de persona que dieron la espalda al difunto. A esos que han criticado la foto, os digo: id al parque, y observad la sangre que aún mancha la tierra, y honrad la memoria de un desconocido denunciando los motivos por los que se suicidó. Porque esa persona no murió en un espacio privado, sino en un ESPACIO PÚBLICO. Por lo tanto, con la foto o sin ella, esta trágica noticia sobre el suicidio de una persona en el parque Alonso Sánchez se conocerá sí o sí, aunque les incomode a cualquier cobarde anónimo acostumbrado a darle la espalda a la más cruda realidad con sus falsas consideraciones por los demás y su fanático-sensiblería provinciana y cateta. Flaco favor le hacemos a las víctimas cuando se pretende pasar página y fingir que tenemos un espíritu festivo a prueba de suicidios que ocurren bajo nuestras ventanas. Pierre Marie.

  8. juan said

    no se saca en los medios para que no se produzca oleada, por lo demás decir que es conmovedor

  9. Un familiar said

    Buenas noches. Te escribo en calidad de familiar directo de la persona fallecida y quiero dejar bien claro que esta será mi primera y única intervención en este hilo.
    Te pido, en nombre de la familia, que retires la foto que tienes publicada.

    Aunque pudieras considerar que «enriquece» tu entrada en el blog, que está hecha en un espacio público y que pudiera ser, bajo tu criterio, una forma de honrar al fallecido, a nosotros no nos lo parece.

    No voy a entrar en valorar ninguna palabra, extracto o valoración que se haga al suceso, a tu exposición de los hechos o a los posibles comentarios que se deriven de mis palabras.

    Insisto, en nombre de la familia de la persona fallecida, te rogaría encarecidamente que retirases la fotografía de tu blog.

    Gracias

  10. Genín said

    Una putada…
    Salud

  11. Este blog atiende el expreso deseo del familiar y borramos la foto de nuestro amigo y colaborador Pierre Marie. Nuestro más sincero pésame a los familiares.

  12. Anónimo said

    Con respecto a los anteriores comentarios, soy Álvaro, no me escondo. Ni dí ni he dado la espalda nunca al fallecido. No he entrado a valorar el texto, insisto, aún estando en la libertad de reiterar que algún párrafo, como la foto, estaban de más. Conocía al fallecido, como lo conocerán innumerables personas que lean el texto, porque era un tipo digno de admirar.

    Y no sé a tí, pero a mí, entrar a valorar el suicidio utilizando una persona, me parece deplorable. Y entrar a valorar la vida de éste sin tener ni puñetera idea, no voy a trasladar en palabras lo que me parece, que te juzguen el resto de lectores muchacho.

    No me incomoda la temática, sé que es una problemática arraigada en la sociedad hoy día y con la que hay que luchar, pero de ahí a generalizar a través de un caso, se roza cuanto menos la ignorancia. Y ésta, a veces, cuándo se esconde en un teclado, tiende a ser atrevida…

  13. Indignado said

    Creo que tendriamos que preocuparnos mas del por que el Ayuntamiento de Huelva no limpio la zona al momento de concluir la investigacion forense, cualquier niño ha podido ver los dias posteriores esas manchas de sangre, no publicar fotos de ello no va a hacer que sea menos real el hecho.
    Saludos

  14. Anónimo said

    Estoy de acuerdo con Anónimo. Yo no conocía a la persona ni sabía de este suceso pero esta narración intenta tocar la sensibilidad de la gente con mucha frivolidad. Lo siento, lo digo con todo el respeto pero hay muchas maneras de describir una situación dura, la tuya no es sana.
    Un saludo.

  15. Abombao said

    Siento mucho lo que voy a decir, pero el mundo se ha dividido en dos tipos de personas, a los que nada les molesta y están faltos de todo tipo de sensibilidad y en los que ponen el grito en el cielo por cualquier cosa. Yo creo que el artículo no hace ningún daño a nadie, al contrario. Hacer oídos sordos y ocultar un problema que por desgracia cada vez es mas creciente no lo va a solucionar. Los problemas hay que afrontarlos y es nuestro deber EXIGIR a los que pueden poner soluciones que lo hagan puesto que es SU responsabilidad pero también es la NUESTRA por haberlos seleccionado para sus cargos (me refiero claramente a la clase política).
    En lo único que puedo estar de acuerdo es en lo innecesario de la fotografía, pero no le echo la culpa al escritor del artículo, sino al responsable de la limpieza de la zona. A veces por desgracia es necesaria una imagen para despertar las mentes de muchos, y si no haced un ejercicio de reflexión y a ver cuánta gente se acuerda del hambre en África a no ser que emitan por la tele algunas de esas imágenes que todos sabemos.

    Por desgracia el mundo se ha convertido en basura.

  16. Ana said

    Al leer esto he sentido desasosigo, porque tal vez podria ser el suicidio anunciado de mi expareja que sufre todo lo que se nombra. Por las circunstancias no puedo saberlo. A veces la vida es profundamente dolorosa para aquellos con una sensibilidad especial.

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