Nuestro amigo Borja ha hecho un descubrimiento dentro de uno de los videojuegos de mas éxito en la actualidad: Assassins Creed 4.
Assassins Creed 4 «Black Flag» es un juego de acción/aventura para xbox360, ps3 y/o pc. Su temática gira en torno a la piratería en El Caribe en la edad de oro de la piratería, en el siglo XVIII. Está ambientado en las islas de las Bahamas, Cuba y el sur de Florida.
En una de mis primeras visitas a «La Habana», colonia española desde 1519, sexta villa fundada por la Corona Española en Cuba, lugar donde los barcos españoles se concentraban antes de partir hacia España, me acerqué a una taberna de la ciudad situada en el centro. Además de tomar algo, pude jugar a los dados o incluso disfrutar de la música local. Un hombre acompañado de guitarra, caja, violín y flauta travesera interpretando… ¿fandangos de Huelva?
Si visitamos una de las tabernas de la Habana Colonial nos encontraremos con que la música que se está escuchando dentro del edificio es flamenco. Podemos escuchar distintos cantes: verdiales, malageñas, tientos, bulerías, sevillanas… Dentro de los distintos palos que suenan se encuentra un fandango de Santa Eulalia y otro del Cerro. No sabemos de dónde han sacado los diseñadores del juego la idea de que en la Habana en el siglo XVIII se escuchaba flamenco en las tabernas. Tampoco sabemos por qué han escogido dos fandangos, tampoco hablaremos del absurdo baile de los personajes del videojuego y tampoco vamos a hablar del poco sentido que tiene esto y de cómo lo único que hace es mantener los tópicos que sobre los españoles hay en Estados Unidos y otras partes del mundo. Dejémoslo simplemente como nota curiosa.
La letra de los fandangos son las siguientes:
camino de Santa Eulalia
Una niña se perdió
válgame la Candelaria
si me la encontrara yo
una salve le rezaba
y si no te veo doble,
no tengo más alegría
que cuando nombran tu nombre
se alegran las penas mías.
Forman los pastos comunes
Cabezas Rubias y El Cerro
forman los pastos comunes
y yo lo tengo contigo
sábado domingo y lunes
Cabezas Rubias y El Cerro
al Andevalo subí
para buscar alegría
y desde allí divise
parte de Huelva y su ria
al Andevalo subí